El tema no es la muerte del torero Víctor Barrio




Es impresionante la manera en la que el ser humano es manipulado con facilidad por el gobierno mundial vía el sentimentalismo, o en el extremo, con la confrontación, sin que se den cuenta que su manejo incluye intereses oscuros que buscan justificar la represión y eliminación de las libertades elementales…

Lo anterior viene a cuento por las medidas legales que emprendió la española “Fundación del Toro de Lidia” contra varios twiteros que atacaron "el honor, la dignidad y la memoria" de Víctor Barrio, el cual murió tras ser cornado por un toro el 9 de julio en la plaza de Teruel…

Así, el presidente de la Unión de Toreros, el también español Juan Diego Vicente Hernández (definido en los medios periodísticos como “exmatador de toros”), es el principal instigador de las acciones legales “por considerar que son hechos gravísimos que pueden llegar a incitar el odio y van más allá del mundo taurino”...

No se pretende cuestionar si tienen razón los twiteros que se burlaron de la suerte del torero, ni reñir al usuario que creó páginas web con los datos personales de ellos, ni criticar el despido del youtuber JPelirrojo por parte de Nestlé por escribir twits celebrando el deceso, ni reproducir los arrebatos de su esposa Raquel Sanz contra los twiteros y tampoco abordar el polémico tema de las corridas de toros…

Tampoco se analiza la verborrea que hacen energúmenos como José Andrés Gómez y Milagros Pérez Oliva sobre los usos de la web: ellos mismos se ponen en evidencia al dejar claro, a través del contenido de sus columnas, para qué nómina trabajan…

La intención es señalar como un personaje público, el mentado Juan Diego Vicente Hernández, se presta desde la mar del oscurantismo a ser un títere más del urgente proyecto que necesita el gobierno mundial para justificar el control de internet y las redes sociales…


Muchos países cuentan con un marco legal para proceder ante la queja de quien se sienta difamado en su persona… siguiendo con España un consultor de la SIBS afirma que difamar “es un delito que debe ser perseguido, tenga lugar dentro o fuera de la red”, y dado que los ibéricos tratan de ir a la vanguardia en materia de represión de las libertades civiles (http://basurerodealmas.blogspot.mx/2015/04/espana-odia-los-espanoles-y-la-prensa.html), Juan Diego Vicente Hernández lo consiguió cuando la “Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional” abrió una investigación sobre los comentarios que ya han dado sus primeros resultados al identificar (y evidenciar) a los autores…

Pero el asunto no es de forma (falsa moral), sino de fondo (político) pues lo que provocó Juan Diego Vicente Hernández es que se afinen los mecanismos para legitimar más el espionaje, persecución, intimidación, acoso, represalia, censura y arresto no de los que usen la web para difamar, sino para hostigar a todo disidente (entendiéndosele como una persona que deja de reconocer la legitimidad de una autoridad a la cual debía sometimiento), lo que se convierte en lo que la organización “Reporteros sin Fronteras” define como abierta represión a “la libertad de expresión on-line”…

Por si fuera poco, esto sigue creando antecedentes para que en breve a una expresión filosófica, visual, musical, literaria, cinematográfica, escultórica y pictórica (o cualquier forma de arte y pensamiento) se le acuse de ilegal (por revolucionaria) y sea objeto de censura…

Así, sólo queda agradecer no sólo a Juan Diego Vicente Hernández, sino a todos los que le antecedieron con reclamos ridículos y a quienes lo imitarán en años venideros con quejas ridículas y que conseguirán que la web sea sujeta a severa censura por parte de los poderosos contra aquello que no sea usarla sólo para incubar y reproducir estupidez…

Por cierto, saben quiénes son los portavoces de las absurdas acciones legales?... adivinaron: los diarios españoles “El País”, “ABC”, “El Mundo” y “La Vanguardia”…

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