Hace años, cuando
el papa juan pablo segundo apareció
en algún noticiero, solté una maldición que fue recriminada por mi
madre, lo que a su vez me llevó a argumentarle las razones de mi juicio por tan
despreciable individuo… ante el susto de mi progenitora llevé la conversación a
terrenos amigables y le expliqué: “pero
si es un ser humano como nosotros, también va al baño, caga, se expurga la
nariz, tiene relaciones sexuales, miente y roba… como todas las personas”…
No pienso negar
que la muerte del líder religioso me provocó perverso goce y hasta la fecha,
cuando me encuentro con alguien que asume una actitud solemne al citar su
nombre, suelto la maldición y sigo provocando caras de terror…
Hay argumentos de
sobra para demostrar por qué el vaticano es la casa del pecado y el jerarca en turno su proxeneta, y si bien al papa francisco aún no puedo descalificarle
su origen materno, ha dado elementos para señalarlo de “grandísimo cínico” con
motivo de su hipócrita visita a méxico en 2016… y a las pruebas me remito:
El padre
Alejandro Solalinde, defensor de los Derechos Humanos, pidió al papa espacio
para conversar con los padres de los desaparecidos de Ayotzinapa… estará en
estas ensangrentadas tierras 5 días asistiendo al Palacio Nacional, la
Catedral, la Basílica de Guadalupe, al Auditorio Nacional, Chiapas, Ecatepec, Morelia,
Chihuahua, se reunirá con jóvenes católicos, celebrará una misa, recorrerá una
cárcel y un hospital…
Con esa agenda “es difícil pensar que el Papa pueda sostener
encuentros privados con grupos como los familiares de las víctimas”,
justificó Eugenio Lira, secretario general del episcopado mexicano… pues sí:
francisco se ha negado a escuchar a los padres de los estudiantes cuya desaparición
fue atribuida al gobierno y además fue señalada a nivel internacional como
“crimen de lesa humanidad”, no tiene 30 minutos para dialogar con 43 familias, pero
a cambio los invitó a una misa en Chihuahua, con asientos preferentes, para que le aplaudan cuando sea necesario…
Al vaticano le
interesa lo políticamente correcto (quedar bien con el presidente), recordarle
a la ferviente masa ignorante (siempre
fiel) que la miseria será recompensada en el maravilloso “cielo” y demostrarle
al mundo que si viene es porque aquí ya no hay miles de asesinatos diarios ni marginación,
violación a derechos humanos, desempleo, corrupción, carestía, desigualdad
social, injusticia, pobreza, desapariciones forzadas ni nada de aquello que
Jesucristo tanto criticaba (en su momento y con toda distancia guardada), al
difundir la palabra de Dios…
Así, a falta de
superhéroes los mexicanos tendrán que darse de topes contra la pared y
reconocer que ante la barbarie están solos, no hay quien los defienda (ni les
dé paz a su alma), ni siquiera los autoproclamados representantes de Dios en la
tierra y ni mucho menos el “grandísimo cínico" de francisco…