El culto a la pantalla



El gobierno mexicano está acelerando el llamado “apagón analógico”, que no es otra cosa que el cese de las emisiones masivas de programación televisiva, en baja frecuencia, a partir de una estación repetidora…

Para que nadie se quede sin su dosis intramuscular de manipulación, el presidente ordenó se regalen 10 millones de televisores modernos (pantallas) a todo aquel que llegue con su identificación oficial (incluye toma de huellas dactilares de ambas manos, ser fotografiado y la credencial escaneada), en los centros de distribución oficiales, lo que ha provocado no solo tumultos, asaltos y peleas sangrientas entre las personas que buscan, a como dé lugar, una pantalla, sino además ha provocado deshidrataciones, desmayos y hasta infartos por las largas horas de espera bajo el sol…

Dicho de otra manera: es mejor regalar a los mexicanos televisiones que libros, aunque “las teles” (como cariñosamente les dicen aquí), salgan mucho más caras…


Así, a través de una fotografía tomada a una mujer que acudió en compañía de su anciana madre a recoger su televisor, se observa hasta dónde llega el perverso culto mexicano a la ignorancia: la televisión es tratada como reina mientras la anciana… bueno, que se las arregle como pueda para regresar a su casa…

El innecesario asesinato del periodista Rubén Espinosa



Decidí esperar algunas horas a que disminuyera mi indignación por el innecesario asesinato del periodista Rubén Espinosa Becerril, sobre todo porque cuando uno está encabronado puede decir muchas tonterías…

Sigo indignado, pero mi irritación no es sólo contra los asesinos de un hombre y cuatro mujeres, tampoco contra el autor intelectual de esta infamia, ni por la falta de interés que mostraron organismos y autoridades que presumen de proteger a los periodistas, no: también es contra los millones de mexicanos que mientras unos pocos acusaban su muerte en facebook y twitter, los más escribían sobre futbol, presumían de haber asistido a un concierto de rock, subían fotos de mujeres y hombres semidesnudos o pedían dar un like a la foto de un arista de tv…


A principios de junio Rubén Espinosa (daba cobertura a protestas sociales y pugnaba por el esclarecimiento del asesinato de la periodista Regina Martínez Pérez), abandonó Veracruz y regresó al DF ante el acoso y amenazas que sufría por parte del gobierno estatal. Vivía aterrorizado (recibía ayuda psicológica, no dormía más de tres noches seguidas en el mismo lugar y limitaba el uso de su teléfono celular), más siguió denunciando los crímenes de estado, una realidad que a los mexicanos les es indolente y que por lo mismo lleva a la peor de las conclusiones: el periodista de 32 años murió en vano y la indiferencia a su alrededor contribuyó a que hubiera sido torturado y tras ser ultimado, recibiera el tiro de gracia por órdenes de aquel que sabe que a esta raza le valdrá madres este crimen…

Así que digamos las cosas como son: el méxico actual es absoluta responsabilidad de los mexicanos pues ellos a diario lo recrean, lo desprecian, lo extorsionan, lo solapan, lo maltratan, lo despojan, lo maldicen, lo engañan, lo humillan, lo pudren, lo venden, lo traicionan, lo escupen, lo ignoran, lo roban y lo asesinan con cada minuto que pasa en sus vidas llenas de sumisión, mezquindad e ignorancia…

No quiero augurar que el asesinato será aclarado al descubrirse que el autor intelectual del quíntuple homicidio fueron bebidas embriagantes y el móvil bajas pasiones entre los fallecidos, pero por desgracia este tipo de historias son las que se traga enteritas este impasible país… más sí cerraré mi protesta con las sabias palabras de Dave Mustaine (que en su momento deberán padecer todos los mexicanos): “A la gente no le importan los problemas de los demás hasta que no les ocurren a ellos mismos, y entonces se sorprenden porque nadie les ayuda”…